El Chimenea

Cuando arriba se enteraron de que le había llegao la hora de cogé la escalera el grupo de los gaditano se llevó un alegrón. Otro má pa hasé fuersa y que el lune de Carnavá el del triangulito lo declarar fiesta. Alguien má pa da por culo y que quiten ya el queso esde juntá y pongan quesito manchego del que pone el Manteca en papé de estrasa, aunque eso sí, que el Manteca tarde mucho en vení.

San Pedro revisó los papele. Por Agustín no me viene ná. "Pipirigaña, azanahoriático, en plan mojárrico, unliquindoy alospapelati, cometeunplatodecaballati y alchimeneati empintompérico busca un huecati quel sudorati trastabillao y enguajao del infiernati nomelo toqui en el pirriaqui queconlaboca del sajarati pa toa la vida no me la quedo". El Peña y el Masa que se habían asercao a la puerta a resibirlo, como siempre se pusieron a enredá a San Pedro. El Masa con esa vó de fondo de botijo que siempre ha tenio le gritó "Pericooooo, por Dióooo, (que es tu jefe), pal rey de los trabalengua siempre hay en el sielo un boquete". Y el Peña, como hará toa la eternidá, le dio la réplica "Y si pa él no tiene habitasión, no tiene que buscá má, que entre cormigo al sielo y nos vamo los dó junto a un bá". De fondo, Agüillo gritó el consabio "Blam,blam" que tan nervioso ponía a San Pedro. San Pedro lo dejó pasá mientra maldesía "estos cuartetero, en el sielo no entra ni uno má".

El Carota y Fletilla estaban ya planificando la prósima finá entre las chirigota de cada uno. Por fin podrían contá con una chirigota del Chimenea pa llevarse el tersé premio. Aunque como se pusiera Agustín, iguá se queaban este año con un segundo premio y se llevaba el primero la chirigota del Chimenea. Estaban discutiendo cuando Paco Alba les dijo que ni mijita, que Agustín le iba a hasé el estribillo de sus comparsa que lo de sacá cuplé sin pasodoble queaba mu bien, pero si el estribillo lo hasía el Chimenea era mejón ir con estribillo.

Cuando lo vieron entrá Cañamaque y el Tio de la Tisa pararon un momento de cantá sus tango y el Quini se fue pa él a darle un abraso. Le esplicaron lo que pasaba y Agustín, que de siempre ha hecho prolífico les dijo: "Paisano, agropecuario acocodrilao, agorilao, encondillao y apajarao, como sensasión paupérrima del presente y la gloria, ustede las procupasione, las dejai enfunfurruñidati, no mosqueati de por las tarde y las noche que yo tengo tiempo pa un estribillo, dó chirigota y lo que querai".

El público que allí tenía aplaudió el trabalengua número mil dosiento millone tresiento ochenticuatro mil quiniento ventisinco pero que era el primero que el Chimenea hasía en el sielo. Allí se alegraron pero asquí, cuando supimo que el Chimenea nos había dejao nos pusimo un poquito triste. Pero en Cádi eso se pasa pronto, sobre tó porque sabemo lo que le gusta a Dió una buena chirigota y que nunca deja a nadie de Cádi afuera.