La barbacoa

Siguiendo las regla que os enumeré el sábado, la organisasión de nuestra barbacoa fue má o meno perfesta, por no disí perfesta del tó. Sólo faltaba algúnb tonto, que de listo íbamo sobrao porque en el grupo que nos juntamo nos cogen los de alcólico anónimo, dimiten. ¡Qué barbaridá! ¡Qué forma de bebé!

Estábamo el Angelín, mi Chari, mi hermano Lui, la Rosi, los niño (el Moi incluio), mi suegra, dó amiga de mi suegra, el Luiti, la mujé y los niño, un amigo de la mujé del Luiti de Madrí y su marío que están de vacasione en Cádi, mi cuñá Margari y su mario Curro. Nosotro habíamo apostao a que las amiga de mi suegra fueran de esa rara que no beben, astenia o como carajo se llamen, pero resultaron las má golfa de la reunión. Con disirte que la única que llevaba grifa era la Amparo, una de las amiga de mi suegra. La gachí se lio un pá de trócola de campeonato de Uropa. Pero tampoco se lo sensuro que paresíamo que no éramo de Cádi, la única barbacoa sin porro.

Por lo meno colaboraron en la preparasión que se llevaron las tré desde las onse de la mañana cogiendo sitio. Como no se podía aparselá po cada una llevaba una sombrilla y la puso a la distansia de dó metro sincuenta sentímetro de la otra formando un triángulo equilátero perfesto de ventisinco metro cuadrao de área que nos permitió disfrutá de una barbacoa desahogao según nuestro cálculo previo. Pa que luego digan que en Cádi no nos esforsamo, aunque sólo sea en las cosa que son de verdá importante.

El encargao de las brasa era el Luiti que siempre está disiendo que en el chalé que tiene en La Moraleja prepara unas barbacoa de categoría que viene hasta la Ana Rosa Quintana aunque despué me he enterao yo que no es chalé sino apartamento y que no es La Moraleja sino Valleca y que no son barbacoa sino pisni de eso de arvellana (panchito que lo llaman ello) y mortadela de barra. Pero bueno, por bocasa, pa la cosina y asín no se lleva tol día pegao a la Al mu buena, aunque ceo que le hisimo parte del trabajo susio al amigo ese de Madrí que me parese a mi que es amigo de chupetón de comé junto eriso, no sé si me esplico.

A las una y cuarto, bastante mamao ya, fue mi hermano Luí el que dijo aquello de ¿a qué no hay cojone de bañarse? Y no hubo, al meno por mi parte que con el poniente que entraba si me llego a
bañá me quedo pajarito aunque siempre podría habé utilisao los guevo pa enfría los cubata porque otra vé nos quedamo corto de yelo.

En verdá eso es una tastica porque a la mayoría no le gustan los cubata caliente que son gente de paladá delicao, sibarita de alcó. Yo que me bebo hasta la colonia, pero no sólo la de Hugo bó esa, sino también la de Agua Brava o Brume, no me amilano ante ese tipo de asversidade.

De toas forma, a las cuatro, cuando se acabó el yelo, ya habían caio tantos guiski con cocacola que el mostruo ese de dó cabesa que protege la fórmula vino a desírnola pa que la fabricáramo nosotro mismo. Ademá, que en el fondo de una botella de jotabé nos tocó un viaje a Segovia a vé las destilería que por supuesto rechasamo porque ¿quién carajoquiere ir a Segovia siendo de Cádi?

Como iba disiendo a las cuatro empesó alguna gente a irse. Paradoja de la vida, unos se fueron porque no había yelo y otros porque despué de bañarse se habían queao congelao. Entre ello mi hermano Luí que ademá del resfriao se llevó un broncaso de la Rosi "te lo dije, si es que no aprende de un año pa otro. Y ensima mira Luisito que tiene los labio má morao que la túnica del Nasareno". Pa mi que Luisito se va a llevá unos cuantos día en cama. El Moi también se bañó pero se ve que esa rasa están má mejón acostumbrá a las condisione asversa porque siguió toa la noche con el bañadó mojao y no tosio ni una vé el ioputa.

Por irse se fue hasta mi Chari, eso sí cada uno que se iba se llevaba un tiesto que si no se pierde tó o me toca a mi recogé. Sólo quedábamo ná má que el Angelin y yo, con tré botella Ká Limón y otras tanta de Ron Casique y un paquete vaso. Con la media bajada nos pusimo a cantá pupurrine de comparsa de Antoñito Martín cuando vemo que por la playa se va hasiendo un pasillo, la gente se separtaba como el agua en la pinicula del Moisé y los mandamiento. Era la bicho que venía a buscarno. "¿Tenei yelo?" dijo. "Que va, se nos ha acabao hase un rato". "Po yo tengo un paquete yelo pa ustede", dijo la bicho. La cabrona, tó lo fea que es lo tiene de detallista.

La fiesta se vino arriba con los casique limón fresquito. Yo no llego a entendé cómo ese muchacho si tan bien hase el ron se metió en el furbo, con lo malamente que juega. Lo que son las cosa, la bicho resusitó la barbacoa y no fue por un susto. Pa colmo, la gachí se sentó con nosotro y se puso a cantá carnavale. Pero no creerse que cantaba lo típico de las niña de su edá, por Juan Carlo o Martíne Are. No. La gachí le dio a pasodoble de Ripó, de Bustelo (con la presentasión de "Oye mi canto" hisimo virgueria) y hasta de los hermano Alcántara. ¡Qué repertorio! Si cantó hasta unacuarteta del popurrí de la comparsa con la que pasamo a la semifiná que ni el Angelín se la sabía.

Los muerto los pitufo que a las sei nos cortaron tol rollo. La bicho ha ganao muchos punto, que pa mi que el año que viene me presento con ella a la de los trío antiguo y con la vó de pito que tiene me viene del carajo pa hasé los contralto que nosotro ya no llegamo. Pa eso ha ganao punto, pero pa nuera sigue paresiéndome lo má feo del mundo. Por sierto, ¿onde carajo estaba mi Sergio?