Día de la madre

Mis hijo son unos cabrone. Y no lo digo porque los dó haigan renegao de su gaditanismo, de forma asidentá (como mi Sergio) o de forma generá (como la Vane). Esta vé lo digo por el hecho de que pasan los diesinueve de marso uno tra sotro y no hay forma de que me regalen ni unas miserable cangrejera de las que se pone Manolín Gálve con los calsetine debajo. Sin en cambio, tó es llegá la primera semana de mayo y pa su mare no hay miramiento monetario y tiran la casa por la ventana.

Ensima se gastan el dinero en cosa inútile. Mi Sergio se coló con un ramo de flore como si fuera al nicho del bigote en San José. Vaya tela. La verdá que mi Chari le hiso mucha fiesta al ramo... "ay que bonito", "pa que te ha molestao", "qué detallaso ha tenío", "yo que me esperaba un tarro colonia". Y es que mi Chari cuando se pone a sé falsa como esas vese que se encuentra a alguna de sus amigacha del bingo con sarsillo nuevo y le dise "ay, que bonito, eso es como mínimo de Gordillo, ¿no?", la otra le responde mu orgullosa "sí, me lo ha regalao mi Paco" y despué por lo bajini, cuando se ha ido la gachí, me dise, "se habrá creío la estúpida lo de su Paco, si esos sarsillo los vi los otros dia en los negro".

La que ya se salió por el lao del regalo raro fue la Vane. Mira que podía haberle regalao unas babucha, un bañadó de la talla 65, una crema de esa de tapaporo pa las arruga, hasta una maseta y la niña se cuela con una Gui Fí. Que no sabei qué es una Gui Fí. Po eso es un cacharro que se conesta a la maquinita esa de la Gui pa que se haga ejersisio ensima. Un cacharro pa hasé ejersisio a mi Chari que es tan floja que su sueño es tené una casa redonda pa no tené que barré las esquina. Ella que dise que el bingo debería sé deporte olímpico. Po la hija puta dijo que le encantaba el regalo.

La cosa se puso má chunga cuando mi Chari se subió a la maquinita y en la tele dijo el cacharro con la vó esa que tiene de contralto de comparsa infantí "De uno en uno, por favó que con todo no puedo".  Mi Chari se puso blanca como el culo del dueño del Ikea pero ahí entró la Cacelin (que en el fondo creo que era la propulsora de la idea) y le dijo que tenía que quitarse los anillo y los collare y vestirse de deporte. No vea cuando yo vi a mi Chari con unos pantalonsito corto y una camiseta de esa blanca que le llegaba por las rodilla con la cara de Naranjito, de la última vé que ella hiso ejersisio. Estaba má rara que Anguita el sábado en La Noria. Y allí se puso la tía a pegarle cabesaso a balone, bailá el aro y hasta corré en el sitio que de los bote que pegaba yo creía que se iba a hundí el edifisio. De hecho, no descarto que el socavón de hoy de la calle Sagasta y  Pasquín sea consecuensia de las onda sismica generá ayé por mi Chari.

Tanto ejersisio hiso que le tuvo que afestá el selebro y dijo. "Vámono los sinco a comé a la calle". Yo hise la ola con las oreja de la alegría de que mi Chari me invitara a comé aunque me se pasó cuando me dijo "Carmelo, llévate dinero pa pagá". Por eso, cada vé que íbamo de un sitio a otro y lo veía hasta los tope yo me alegraba habé si me podía ajorrá el gasto. Que por sierto, habrá mucha crisi o tó lo que tus quiera, pero no habia un bujio en ningún bá de Cádi. Al finá, casi a las cuatro encontramo un sitito en la pisería del Falla la pisería má carnavalera del mundo donde se selebran toas los pase de ronda del concurso del Falla. No es como comerse, medio kilo de adobo o una dosena de tortillita de camarone. Ni siquiera como una buena fritá de papa con chuleta de serdo. Pero bueno, al meno no me salió mu cara la broma que ya lo de ir a comé a cualquier lao te cuesta casi dié leuro por cabesa. Má teniendo en cuenta que el ejersisio le había abierto a mi Chari el apetito.

Cuando volví a mi casa me acordé de mi mare, que nunca le regalé ná yo en estos día, porque ante no se llevaba eso de regalo, que la cosa estaba má cortita que ahora, todavía. Eso sí que era crisi. La lástima que ahora no puedo verla y la pobre estará en el sielo jartita de pan con queso de untá, porque si estuviera en la gloria ya se habría comío tó los dulse, que mi mare era de buen comé. Ya no puedo ni siquiera irla a vé al sementerio de San José porque cuando me enteré  de que se la llevaban pa Chiclana desidí insinerarla porque yo jamá permitiría que mi mare descansara la vida eterna más pa allá de Cortadura. Por eso la quemamo y echamo su senisa en la Alameda, aunque con la gente que se junta por allí últimamente, no me estrañaría que se la hubieran fumao, y eso debe sé como la rencarnasión, pero espero que sea un grifota gaditano y no cualquiera de los angango estranjero que vienen a bebé Don Simón a Cádi. Porque yo sé que mi mare, si se tuviera que rencarná, se rencarnaría en alguien en una gaditana de su barrio del Mentidero.