Realojo

Mi casa ha recuperao la pá y la libertá, de esa que quiere el Rajoy para toda España. Y no es porque el Mariano aiga (homenaje a Estremadura) venio a verme. No se trata de vení, se trata de ir: mi suegra se ha ido de mi casa.

Recordarán mis queridos y cada vé más numerosos lestore que los otros días se produjo un derrumbe en Cádi, en la calle Sacramento, que afestó a la casa de mi suegra y que mi Chari, como buena hija (de su madre) que es le dijo que se viniera a mi casa. Desde entonse la vida en mi casa se habia hecho más difísi que vé a uno de Diputación trabajando.

Es que mi suegra nunca me ha tenío mucho apresio. Ella, como es de clase media alta porque vive serca de la plasa, quería pa su hija un médico o un abogao. Lo que no contaba es que un comparsista conquistara el corasón, y otras parte del cuerpo de la niña. Pero la mortá se formó cuando mi Chari dijo que se casaba porque una vé no habíamo tenío el contró sufisiente. Tu ya me entiende, que ni gomita ni marchatrá. Y aquel asidente se llamó Vanessa. Pero desde entonse mi suegra me tiene a mi atravesao. Habé marchitao la fló de su niña con sólo 22 año. Lo que ella no sabe es que cuando yo llegué, la fló de su niña tenía más recorrido que el Rapido que habia entre Madrí y Cádi.

Por eso esta semana ha sio como un infierno. Mi suegra con indiresta: "Chari, ¿tú cuándo te va a separá?" "Chari, ¿tú como aguanta a este flojo, que na má que piensa en bebé, er furbo y su chirigota?" "Comparsa, señora, comparsa." Le desia, yo. Pero aguantaba como Stoicó el que jugaba en el Barcelona, estoicamente. Por primera vé en mi vida, me alegraba de tené que í a trabajá y levantarme temprano pa no verla. Meno má que ella al mediodía se iba con su amiga, la Milagri a almorsá y sólo daba por culo por la noche.

Pero como no hay mal que siene de año dure, los muchacho de la constructora que le tiraron la casa le han buscao un pisito de alquilé. La notisia, que podía sé mu buena, sólo tiene un pequeño incoveniente: el piso está en mi calle.