Por poco

Nosotro estamo asquí con el jiji, el jaja, vámono que nos vamo, qué grasioso es el Carmelo, que arte má grande hay en Cádi, la cuna del ingenio, la salda claridá y tó eso, pero no nos damo cuenta del grave peligro al que está sometio Cádi contantemente. Porque aunque tratemo de disimularlo como la loncha el Pepe Oneto o las cartuchera la Pasión Vega, Cádi está en riesgo y eso es algo que tenemo que tené en cuenta. Peligro. Danye, que dirían en Gibraltá. Agtun que dirían en el Novo.

No lo digo ahora por las horda invasora miarmeña que pagan el peaje y se cren con derecho a tó en esta tierra. Ni siquiera por el peligro que supone que tol frontá al mar del Paseo Marítimo esté comprao por gente que no ha nasio en Cádi. Estas cosa generan peligro en la esensia de Cádi, en el gaditanismo porque crean situaione tan estraña y contraria a la espiritualidá gaditana como que el Despojado vaya con costalero o que el Sábado de Carnavá las comparsa puntera canten en una plasa de San Fransisco que no es la del Fransia y Parí.

Sin en cambio, el riesgo al que me refiero yo no afesta a la esensia intrínseca de Cádi porque, al fin y al cabo, pa eso estamo alguno tratando de preservarla, conservarla, salvarla y lo que se os ocurra que acabe en -varla. El peligro al que me estoy refiriendo es un peligro má materiá, un peligro reá que puede provocá la desaparisión de Cádi, pero no como consesto, porque Cádi como consesto nunca desapareserá, sino como realidá tangible.

Los má inteligente, los que soy capase de cantá el pasodoble a la muerte de Juan Carlo y entenderlo, ya habrei castao cual es ese peligro que estoy tranmitiendo. Es el peligro de un sunami, como lo llaman los japonese, aunque como el único japoné que hay en Cádi es el que trabaja con Pablo Groso, yo prefiero siguí llamándolo como lo bemo llamao toa la vida de Dió en Cádi: el maremoto.

Ya pasó hase muchos año. Ante incluso de que Gonsalo abriera El Faro. Ante incluso de que Antoñito Martín ganara su primé premio. Como tos sabei hubo un maremoto mu importante que salió desde Lisboa y la ola cogió asíntó resto de Lisboa pa Cádi bordeando la costa y cuando estaba ya llegando por la altura de Villaconejo que en esa época no era toavía Villaconejo porque no había seá panda y meterse mano en un carruaje descubierto o en lo alto de un caballo eran cosa incómoda, po en ese momento a alguien se le ocurrió cogé a la Virgen de la Palma pa pará el maremoto en plan Iker Casilla, pero sin guante. La virgen hiso el milagro y salvó a Cádi.

En verdá nunca se ha valorao bien lo que hiso la virgen de la Palma en su momento porque si el maremoto llega a hundí a Cádi no habría habio nunca Carnavá de Cádi. Ni Trofeo Carransa. Ni Constitusión de 1812. Ni Bisentenario. Ni habrían nasio personaje ilustre como Ismaé Beiro, Martíne Are, Carlo el Lejonario o Pá Padilla. Es que no habría nasio ni yo mismo. No habría bló del Carmelo y nadie sustituiría a Jorge Javié en el Sálvame.

Pero la virgen no va a está siempre, en la calle La Palma esperando que llegue la ola que hunda Cádi pa que la saquemo a salvarno. Puede sé que la prósima vé lo de la virgen no funsione, porque esté de vacasione, le coja en día de asunto propio o tenga doló de cabesa y esté de baja. O que no sepa el código de desastivasión del maremoto, porque los maremoto van cambiando la clave de los pograma del Microsó pirateao.

Por eso, cuando sale la notisia de que ha habio un terremoto en Portugá a mi me se abren las carne. Porque la culpa es siempre de los portuguese. El terremoto siempre pasa enmedio del mar a la altura del piquito de abajo de Portugá. Hay gente que dise que eso pasa por no sé qué de las placa testónica, como si la tierra fuera el alicatao de mi cuarteo de baño, que no encajan bien las losa. Son gente que no tiene ni idea porque si lo que pasa es que hay rose entre las placa de la tierra, ¿cómo es que pasa en el mar, cuando allí no hay tierra ninguna?. Porque la verdadera esplicasión es otra.

La culpa la tienen las gamba que están por aquella parte que ven de vení a los barco gambero, se asustan y se hasen las muerta. Al haserse las muerta se caen toas al fondo del má y con el peso de toas las gamba que hay por aquella parte po el suelo tiembla y se genera el famoso efesto conjunto del maremoto que pone en peligro a Cádi.

Este miércole por la noche, sin ir má lejo, otra vé ha habio el desmayo conjunto de las gamba, ha temblao el suelo, pero, por suerte, la ola portuguesa, esta vé no ha cogio camino a Cádi sino que se ha perdio por el camino como un tasista madrileño sin gepese. Bueno, a los tasista madrileño mejón ni los miento no vayan a vení a cortarme el pó. Esta vé nos bemo salvao por poco. Por suerte. Pero el riesgo de que un día el maremoto llegue hasta asquí y Cádi desaparesca esiste.

En el fondo Cádi y los gaditano semo consiente de ese riesgo y por eso tenemo esta forma de sé nuestra, de disfrutarlo tó al sien por sien, el carpa dien, que es la tradusión en latin de nuestro "tol día en la carpa". Esa es la esplicasión a nuestras gana de disfrutá, que nunca sabremo cuando se acabará tó pa nosotro. De toas forma, te digo una cosa. Si tiene que vení la ola gigante y hundí Cádi, que sea como el miércole. Que venga de madrugá y me coja durmiendo. Porque yo no vi a abandoná a Cádi. Prefiero hundirme con ella a traisionarla.