Con Q de Qaleta

Que no me vengan ahora los Lasaro Carretere y demá purista a disí que me he esquivocao y que Caleta se escribe con "C". Ya lo sé. Caleta se escribe con "C" como las grande cosa de este mundo. Como Cádi, Carnavá, casón, chirigota, comparsa, cuarteto, camarone, cubata, Crúcampo, cuplé. Hasta cofradia se escribe con "C". Como Carmelo. Y como Chari. Es que mi vida está gobernada por la "C".

También se escribe con "C" calidá, pero las cosa de los publisista, novelero y otra gente que gana dinero a base de vendé amoto sin rueda, pa llamá la atensión crearon un premio sobre la calidá turística, que se llama "sello Q" y se lo han dao a mi Caleta. Aunque pa ello se tenía que someté a una uditoria intensiva.

Como digo la revisión que iban a haserle a la Caleta tenía que sé verdaderamente esaustiva porque no vayai a crerse que eso se lo dan a cualquiera. Los que tenían que evaluá la Caleta eran tela de estristo. Dó gachone y una gachí, má estirao que el cuello de la Presly eran los inspestore, que por sierto, vaya chungo currá de inspestó, que eso a tol mundo le da mal rollo, tanto si son inspestore de hasienda como si son inspestore de pulisia, de consumo o de sanidá. Hay poca cosa má chunga que un inspestó. Hombre, tiene que sé peó sé delantero del Jeré (con equi), y ensima eso no saben ni siquiera si van a cobrá.

Totá, que los tré inspestore tenían que controlá y mirá con lupa tó lo relasionao con La Caleta. Tenían el encargo de escarbá en la arena de debajo del balneario pa vé si allí había condone enterrao y si los condone estaban usao o sin usá. Tenían que elaborá un senso de cangrejo moro en las piera pa comprobá que se superara la ratio mínima de cangrejo moro por metro cuadrao de piera.

Otro de los té a los que iban a someté a mi Caleta era el de las paila. Iban a recogé una muestra de paila pa analisarla en el laboratorio y determiná que la madera de las paila no fuese de aglomerao, porque eso está totalmente prohibio en las playa de calidá sertificá con Q de queso. Y como eso, mil parámetro que recogían un estudio completísimo de la playa de La Caleta. Las caracola, por ejemplo, pa ostené ese sertificao, las caracola tienen que emití el sonido del má a una intensidá superió a los dié desibelio pero inferió a los trentisinco pa no contaminá acusticamente el entorno. Hasta iban a comprobá que las silla de playa que se llevan a La Caleta no tuviesen elemento contaminante pa los oseano de agua tapá. Lo mismo que las barca, que tenían que está pintá con pintura Titanlú, como mínimo.

Y las crema solare. Con que vieran una crema solá del Carrefú, ello tenían la orden de no darno el puñetero sello. Con disirte que hasta las bolicha con las que las maria juegan al bingo tenían que someterse a un contró pa determiná que estuviesen hecha con materiá biodegradable. Y lostuperguare de bisté empanao también tenían que pasá el filtro, porque los bisté sólo podían sé de sinta de lomo y el papé con el que estuvieran envuelto, papé resiclao.

Lo que te iba disiendo, que el contró era esaustivo. Lo que pasa es que los tré inspestore, tan estirao como eran ello, con tó sus rollo madrileño y su Q de queja, de quebradero de cabeza, de química, de quiebra,... se encontraron con ese rinconsito del paraíso que se convirtió en arena, agua y piera, con un balneario a sus espalda, dos castillo en los flanco, unas barquillita adormilá en el colchón de espuma de sus ola y el horisonte del atardesé má maravilloso del universo como sentinela. y se le cayeron los palo del sombrajo y el rabillo de la Q.

Desidieron que la Caleta se meresía el premio sin tené que pasá ningún contró. Sólo con lo que allí se veía, la Q se quedaba corta. Porque a mi Caleta cualquié premio se le queda corto. Ni la Q la define, ni la bandera asú la tapa. Mi Caleta es un premio en sí misma. Y tiene alma propia. Por eso, pa agradesé el premio ayé nos regaló uno de esos día de verano en pleno 25 de ostubre, con marea baja, el agua calmaita y un lorenso que picaba lo sufisiente pa apetesersete un baño.

La Caleta lo agradesió y yo lo selebré con ella, fundiéndome en un gran baño rodeao de guiri blanquesina que se queaban flipá con nuestro clima y nuestra playa. Me las imagino llamando a Holanda, Bélgica o el pueblo del que sean, con sus pare tó arresio allí en la Uropa Sentrá y ella contando que están en la playa a finale del mé de ostubre. Por cosa como esa mi Caleta no nesesita ningún premio.