Fidelidá

Estaba allí delante mía con esa carita triste, de perrillo abandonao, de funsionario trabajando,... como si fuera a perdé pa siempre a uno de los sere que tienen má importansia en su vida, que le dan cariño y comprensión, que le ayudan a pasá las mala racha y con quien disfruta los buenos momento. Paresia el dueño de una empresa de aseite de girasole, pero con meno pringue en las mano. Con los ojillo eso que tiene y que he mirao tanta y tantas noche, me se quedó mirnado como queriendo disí "Carmelo, no me deje". A mi me se ablandó el corasón y, aún sabiendo las consecuensia, le tuve que contestá.

¿Como te vi a dejá? ¿Como te vi a dejá? Si llevamo casi toa la vida junto. Si contigo he pasao alguno de los momento má felisde de mi vida. Como el día que el Cádi subió a Primera en Chapín. O cuando mi comparsa pasó a semifinale. ¿Qué hise yo? Del tirón me vine pa acá, pa selebrarlo contigo, porque tú ere un elemento fundamentá de mi vida.

Por momento iba viendo como su rostro se iba iluminando y la papada esa que tiene porque es que jama como si tuviera una solitaria dentro, que es que los bocadillo de choriso se los mete de canto en la boca y no hay día que no se trague media bandeja de dulse pero que no me vi a poné a buscarle falta, disía que la papada se le estiraba que paresía que se  iba a rompé.

Ya lo sé, que te ha salio competensia dura. Es que se ha gastao mucho dinero y ha quedao impresionante, que yo he pasao un pá de vese por donde está y es que no he podío reprimí una miraita, porque es que uno es humano y la carne es débi, pero eso no quiere disí ná, porque a la hora de la verdá, yo siempre estoy asquí, siempre contigo. Es que yo pa esas cosa no valgo. Yo soy mu clásico y a mi me gustan las cosa de toda la vida. De siempre. Mi Cádi, mis compañero de la comparsa, mi familia, tú... Es que esta es como mi casa. Qué digo como mi casa, está es mi casa. Y ¿en dónde está uno mejón cuando acaba el día que en su propia casa? No hay ná como eso.

Notaba que cada vé estaba má felí y con la sonrisa de oreja a oreja el labio de arriba se le subia y paresía que no tenía bigote ni ná. Aunque, que conste, que a mi el bigote no me importa, porque si no se lo quiere quitá, que no se lo quite, aunque no le quede bien el bigote, es desisión suya. Ira Asná, que se ha quedao a medio camino entre quitarse el bigote y no quitárselo y parese que tiene en lo arto del labio una prosesión de hormiga canija.

Ademá, que  yo si canto canto asquí contigo y no quiero que nadie me diga si lo he hecho bien o lo he hecho mal. Si te dejo, me iba a sentí siempre oservao, controlao que si no lo ha hecho bien, que si hay que vé que muchos rollo pero a la hora de la verdá ná de ná, no sabe llevá el rismo, el compá, tiene meno arte que la rubia de Operasión Triunfo. Y yo no estoy dispuesto a salí abucheao de ningún sitio. Prefiero está donde me se quiere bien.

A mi no me gusta cambiá por cambiá, si el mando a distansia tiene las misma pila desde hase catorse año porque es que yo no hago ni sapin. Llevo viendo Informe Semaná desde que lo empesaron a echá porque yo soy un tio fié, y si te digo la verdá estoy deseando que lo quiten pa podé hasé otra cosa los sabado por la noche, pero si está informe semaná estoy yo. Animá de costumbre. Que no, que má vale malo conosio,... Aunque la frase no venga mu a cuento, porque no te se puede aplicá a ti, pero yo soy asín. Llámame rutinoso, llámame monotonio, llámame lo que tús quiera,... pero porme una servesita, Gordo, que yo me quedo en tu bá, por mucho que abra el Antonio Riva una taberna carnavalesca.

Y en ese momento se produjo un hecho histórico, el Gordo se fue pal grifo de Crúcampo, me echó un bó de servesa y me dijo, "Carmelo, picha, esta la paga la casa", y creo que es la primera convidá que le he sacao al Gordo. Como premio a mi fidelidá.

Asín que, Antonio Riva, por mucha taberna carnavalera que haga, mucho rollo de los Anticuario, mucho que haga concurso de cantá pasodoble a capela y de marcá el compá con los nudillo, yo le sigue siendo fié a mi bá del Gordo.