Carmelopoli

jueves, 20 de noviembre de 2008

20 N

Este día a mi me pone mu triste. Porque o soy asín mu jiji, jaja, vámono que nos vamo, mucho Carnavá, mucho cuplé puntero y chiste pero en el fondo, mu en el fondo, yo tengo mi corasonsito, mi sensibilidá y hay cosa que me traen recuerdo y me se humedesen lo sojo y no es del aroma de los porro. Y uno de esos día es este, el 20 de noviembre.


Parese como si fuera ayé cuando me enteré. Estaba con el Angelín (en aquello tiempo ya lo conosía) discutiendo sobre si los de puerta tierra son beduino porque eran emigrante del casco antiguo o por que las primera casa de la sona eran unas caseta, ajeno totalmente a los acontesimiento que iban a susedé."Se ha muerto", me dijeron y no nesesité de má esplicasione. Yo ya sabía que estaba ingresao de hasía tiempo y que llegaría su hora, pero no lo esperaba y una lágrima furtiva resbaló por mi mejilla (siempre había querio disí esta frase).

Él no se meresía meno, porque era un gran hombre. En el sentido intrínseco del término que tampoco es que midiera metro noventa, que el flequillo le olía a pié de lo chiquetito que era. Pero la grandesa de un hombre no siempre está en el tamaño como dijo la mujé del conde Lequio. Porque él era un tío con caraste que amaba lo suyo por ensima de toda las cosa. Su patria era lo má importante y no le importaba lo que fuera con tá de defenderla. Pa lo chiquetito que era siempre los tuvo bien puesto aunque con aquella vó se cachondearan de él, pero eso le dio muchas posibilidade de está siempre rodeao de los mejore. Era un tipo peculiá, una espesie en estinsión.

A vese me arrepiento de que con el paso de los año lo esté olvidando un poco. Porque al prinsipio siempre iba a la misa que organisaban en su memoria. Pero desde que mi madre también se fue ni misa ni ná. Y la de tiempo que hase que no voy a llevarle flore a la tumba. Porque ahora con tol jaleo este nuevo seguro que al finá acaban cambiándola y al sementerio nuevo seguro que no iré, que a mi no me gusta tanto trajín con los muerto, que yo no soy necrófilo como Garsón. Si él hubiera conosio a Garsón... Lo habría mandao má lejo. Un pildoraso de los suyo y al carajo. Ni jué ni juá ni memoria histórica ni ná de ná. 

Si es verdá que era un poco duro. Alguna gente pensaba, de hecho, que era un distadó, pero él lo único que hasía era imponé su opinión. Pero a él le gustaba la libertá, pero pa él, que a nosotro nos tenía firme como polla de soldao. Si él quería ir a pescá, iba a pescá. Que se le apetesía dá un paseo, daba un paseo. Los demá a no disí ni pío. Y eso sí, como él mismo disía, nunca se metía en política que eso no traía ná bueno. Pero la educasión que nos dio fue maravillosa, que ná má que hay que verlo.

Me estoy emosionando otra vé al recordarlo porque yo es que a él lo quería como un padre. ¡Qué carajo! Es que era mi padre. Porque tiene guasa que mi padre se muriera un vente de noviembre el mismo día que el cabrón del tito Paco, aunque unos poco de año despué.

3 comentarios:

Raùl Junquera dijo...

Pos felì cumplemuerto CARMELO, pero por lo de tu tito que no por lo de tu pare coone....

Anónimo dijo...

Fú Carmelo, mas acojonao picha, que tu pare seguro que está cantando alguna copla en algún bache de la gloria, el otro mamonaso gallego seguirá hasiendo guardia en alguna garita del infierno velando por la cristiandad de España y sus muertos.
Un abrazo

Bermauntier dijo...

Muy bonito Carmelo, sí señor.

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