La verdá que siento mucho habero dejao dó día má tirao que al Marichalá, pero es que he estao de resaca, echando el pato, durmiendo, con doló de cabesa, con mal sabó de boca... vamo disfrutando de los efesto de esa peaso de fiesta de cumpleaño que me organisaron el jueve mis casta y mis amigo. ¡Qué fiesta! Con disiro que llegué a mi casa el vierne serca de la ocho de la noche. Impresionante.
Es que fue un auténtico bastinaso. Aunque al prinsipio no las tenía toas cormigo. Estaba yo en mi casa a las nueve de la noche sólo y abandonao. Me sentía como la Sofi en Colega, y justamente el día de mi cumpleaño. Pensé que mi Chari estaría ensayando con el coro y los demá... ¿y los demá? Porque es que ni siquiera el Angelín se había pasao por mi casa a tratá de sacarme una conviá que eso pa él es una cosa sagrá cada trese de noviembre, en plan peregrinasión a La Meca o salto de la valla... de Melilla.
Totá, que estaba yo con la mosca detrá de la oreja cuando sonó en mi móvi el pasodoble aqué de Don Bustelo de los acuarela "Tú ahora empiesa con tus carnavale..." que le tengo puesto de politono a mi Sergio desde que Don Bustelo es amigo habituá de este bló. "Opá, soy yo. ¿Tú está en casa? Po dirle a mamá que no vi a llegá a sená, que me vi a tomá un bagué con Blanca..." La llamada era sospechosa porque mi Sergio jamá avisa de cuando no viene a sená. Pero má sospechoso toavía era el ruidaso que se escuchaba de fondo. De hecho, creí distinguí entre las vose del fondo el inconfundible asento de Sinsinati de la Cacelin. Y si mi Sergio estaba con la Cacelin no podía está con la Bicho,.. a no sé que se tratara de mi fiesta de cumpleaño.
Tó cuadró cuando al ratito sonó el telefonillo. Era el Angelín. "Carmelo, picha que no me ha invitao toavía. Baja y me convida a una servesita en el bá del Gordo". Ya está, pensé, esta gente me llevan al bá del Gordo, vienen a mi casa lo montan tó y me dan el sorpresón. "Vale, vale, ahora mismo bajo" Fui tan rápido asestando pagá una conviá que hasta Angelín se estrañó "Carmelo, ¿está bien?" "Sí, joé, que ya bajo".
Cuando bajé, noté que el Angelín tenía bulla por salí pal bá del Gordo pero yo me quedé un ratito en la casapuerta pa haserme el remolón y puteá a los organisadore. Disía cosa sin mucho sentido (como siempre, por otra parte) esperando al liquindoi por si veía escondio en algún sitio a mi Chari, mi Sergio, la Cacelin o alguno de esto. Sin en cambio, no logré vé ná de ná asín que viendo lo apurao que estaba el Angelín y temiendo que tuviera el mono alcólico inisiamo el camino pal bá del Gordo. Cada poquito yo me paraba a mirá el movi, giraba la cabesa, lo que fuera pa pillá isfraganti a los sorpresistas.
Sin en cambio, cuando nos asercamo al bá del Gordo me llevé un susto grande.
- Angelín, ¿que al Gordo le ha pasao algo? Que está la lú apagá y la baraja medio echá.
- Estará meando, Carmelo y pa que no entre nadie a robarle ha bajao un poco la baraja.
Pero yo en cuarentimucho año yendo al bá del Gordo nunca lo he visto serrao ni he visto al Gordo meá, que pa mi que mea paentro en plan tantrico. Ante la procupasión me aseleré y me llevé la gran sorpresa. Cuando metí la cabesa por debajo de la baraja se escuchó "Ahí está" se ensendieron las luse y un grito como de muchas persona "¡¡¡FELISIDADE, CARMELO!!!" Me quedé má sorprendio que el Madrí en Chapín.
Estaban allí tol mundo. Mi Chari, mi Sergio, la Bicho que destacaba por su coló, la Cacelin. Pero también la Vane y el Pite (que también destacaba por su coló), mi primo Cristóba y una amiga suya ucraniana, mi hermano Luí con la mujé y los niño, el Gordo... Por está, estaba hasta mi suegra que me se asercó y me dijo "Ya te quea meno pa la parselita en Chiclana". "Cuando usté vaya, me coge sitio" le contesté rápido porque no tenía gana de que nadie me estropeara la fiesta.
La verdá que había hecho un detallaso del Gordo que había emprestao su locá pa la selebrasión y había regalao pa la misma tré barrile de Crúcampo enterito, como se encargó de recordá en el discurso de inagurasión. Pero no solo había servesa, que la Bicho había traio unas poca de botella de ron, ginebra y guisky, que pa mi qu la gachí tiene que traficá o tené en su casa un mueble bá del tamaño de la Catedrá de Burgo. También había de comé, que mi Chari había hecho unas tortilla de categoría y había allí lonchita de mortadela, mediasnoche untaita con tulipán y jamon yó, taquito de queso de bola, aseitunita con hueso, papa de paquete franjosé que son mis preferia y otra delicatesen.
La fiesta también tuvo sus momento emotivo. Primero porque mi Sergio había montao un ordenadó conestao a la tele que tiene el Gordo en el bá y cuando lo puso se oyeron los comentario que habiai dejao vosotro, mis lestore, en el pó del cumpleaño leio por la vó de la Cacelin. Pero despué alguno de los personaje habituale de mi bló fueron aparesiendo pa dejá sus mensaje. Martíne Are me felisitó y me dijo que me iba a regalá una copia del sedé suyo que no había consiguio vendé toavía. También había mensaje de Juan Carlo, que no logré entendé mu bien pero que acababa con un "tus muerto, Carmelo". El nivé fue subiendo hasta que llegó a Nuestra Señora que había dejao un mensaje desde su despacho de San Juan de Dió disiendo que estaba orgullosa de gaditano como yo y que esperaba que fuera mu felí en el día de mi cumpleaño y un montón de cosa bonita.
Ahí ya pensé que me podía morí pero en ese momento entró en el bá del Gordo mi Chari siguía por mi comparsa, con una sincronisasión que ni la fiesta de los chino de las olimpiada, cantando el cumpleaño felí a caja y bombo. Mi Chari llevaba en las mano una tarta con la forma de la silueta de Cádi vista desde el sielo con una vela pa que soplara y pidiera un deseo.
Aquello ya fue el acabose totá. Contamo chiste, bebimo... y sobre tó cantamo pasodoble, cuplese. Una fiesta gaditana de verdá. Histórico. Desde lo de los dó maricone miarmeño que inaguraron lo de La Bella Escondia, que como tol mundo sabe es una torre y no el novio de Falete, bueno, po desde aquella fiesta no se veía en Cádi una cosa similá. Ni prosima siquiera.
Amanesió y toavía estábamo cantando por Martíne Are, Martín, Don Bustelo, Juan Carlo,... los irredustible: el Angelin, el Cabesa, la Bicho, el Gordo (que no era capá de irse y dejarno el bá), tré má de la comparsa y yo mismo. La servesa se acabó sobre las ocho de la tarde y aunque a alguien se le ocurrió proponé que nos fuéramo pa la punta yo ya desidí reculá pa casa, porque no era plan siguí selebrando el día quinse. Y ademá que tenía la cabesa alborotá como una reunión del grupo de Subiela con el Chupa.
El sábado, como ya dije fue pa recordá el fiestorro echando por mis distinto orifisio tó lo que me había metio en el cuerpo el dia anterió. Porque este año el regalo de mi cumpleaño ha hecho el mejón de mi vida. Se lo han currao y yo se lo agradesco. Aunque cuando me he levantao me he encontrao algunas cosa por la Carmelopedia que no me han hecho mucha grasia. Pero eso ya es tema de otro día y otro pó, que no quiero amargarme.
6 comentarios:
Carmelo Tengo un regalito,a que email te lo mando????
A elmasgadita@gmail.com
dicen que el zumo de tomate es lo mejor para la resaca, y si le añades una copita de manzanilla, es mas efectvo, asi poco a poco te entrará la cervecita hasta que comienzes otra vez la introducción del vaporcito del puerto
Carmelo, te entiendo, yo hoy también estoy de resaca y no veas que no tengo ganas de nada.
Me alegro de que disfrutases de tu fiesta que ya hubiese querido yo disfrutar, carajo, contigo y todos los tuyos sobre todo por conocer al Angelín aunque me costase una conviá.
Felicidades desde Oslo Carmelo. Te mando un salmón virtual. Un abrazo. La noruega.
Felicidades Carmelo desde Netherlands, yo echo menos verano con adobito, en netherlands solomente adobito del serromorro. para mi es Cadiz mejoren el mundo por caleta por tardesita con servesa, posa caletera, piera pico y comparsa antonio martin.
Publicar un comentario