Alimentasión

Como yo soy un tío ostimista, alegre, vamo un gaditano auténtico, podrei creé que el tema del jamacuco que me dio ya está totalmente superao. Po no. Todavía estoy una mijita regularsillo, pero lo peó no es lo regulá que estoy. Lo peó son alguna de las consecuensia del jamacuco, esensialmente las prohibisione del dostó.

Ya os he contao que me ha prohibio bebé. En prinsipio me dijo que podia beberme un poquito de vino en las comida, pero como mi Chari, la mu chivata, le dijo que pa mi una mijita de valdepeña era un cartón entero, po me dijo que de valdepeña ná. Por supuesto, también me ha dejado sin pelotaso aliñao. Lo de fumá no me importa porque yo ya hase unos poco de año que lo dejé.

También me ha dicho que no haga esfuerso en el tema del empujá. Yo creia que eso me iba a vení bien porque asín mi Chari se ponía ensima y yo no tenía ni que moverme. Pero mi Chari me tiene a palo seco desde aquel día porque dise que no quiere que estire la pata con la tersera pata estirá, y que no puede, que me imagina en el tralará y que ve el coche camino de Chiclana. Yo le he dicho que no piense en eso porque yo quiero que me insineren. Y me ha dicho que peó, porque entonse vamo a está en el tema y va a vé una colilla (como siempre), pero de las de tabaco.

De tos modo, lo más peó es el temá del comé. El día ante de que me dieran el alta, el dostó se vino pal cuarto y me preguntó qué comia yo. Le dije que lo normá en Cádi, su pescaito frito, sus tortillita de camarone, la tortilla de papa, su bisté con papa frita, su puchero con su pringá, su bersa con su pringá,... Que también me gustaban los dulse del horno de la Torre, los marisquito (congelao porque pa los fresco no me llega) el queso manchego,... El médico se asustó y me dijo que cómo podía comé tan malamente. Yo viendo que me iba a llevá el broncaso le dije que era lo que me ponía mi mujé y mi Chari se llevó la bronca.

Del tirón le dijo que ni mijita de frito. Sólo a la plancha o al horno. Yo le dije que entonse como me iba a comé el casón adobao o las mojarrita. El adobo me lo ha prohibio y las mojarrita no hay cojone de comersela si no están frita, asín que llevo un mé sin comé mojarra. También me ha quitao las papa frita, el marisco y el queso. Tampoco puedo comerme la pringá ni del puchero ni de la bersa, ni dulse ni bollo. El huevo solo la clara, pero no en tortilla. Y lo que es más grave: ná de ná de tortillita de camarone.

Asín que estoy en una crisi alimentisia fatá. Vamo que cuando cojo por la calle Torre saltan las alarma de la panaderia. Estoy como los ludopata en los casino, que cuando dan el nombre no los dejan pasá... Iguá y paso más hambre que los difunto mono del parque. Estoy a dieta tan estrista que he visto a jilguero comiendo mejón que yo. Estoy hasta la mismisima punta del tuyamentiende de la lechuga. Ensima con poco aliño. Que si macarrone en blanco. Que si haba a la plancha. Que si arró con chicharo. Solo me salvo un día a la semana que mi Chari hase caballa asá. Pero la hija de la gran puta dise que deja mucha peste y que por eso no la hase má. Y pa colmo ya se acaba el tiempo de las caballa.

Estoy deseando ponerme un poquito mejón pa jalarme un paplón de choco y una dosena de tortillita de camarone. Aunque el dostó me ha avisao. Si me pongo mejón, tengo que empesá a hasé ejersisio. Con sus muerto. Menos má que tó no iban a sé malas notisia y me han dicho que como ahora estoy más porío que ante que iguá me suben la pensión. No me servirá pa comerme una mariscada, pero al meno sí pa que mi Chari me cuide mejón.