Lesione de ginecología

La verdá que desde que mi Chari anunsió el embaraso de la Cacelin, como si fuera la Karmele Marchante en el Sálvame, aunque mi Chari no tiene un toque dao en el coco, me he quedao comiéndome el tarro. La revelasión era impastante, pero a mi me surgía la duda de las fuente. y no me refiero a por qué cuando sopla el levante, dejan ensendia la fuente de enfrente del palasio de congreso que cuando paso por allí, salgo ya duchao. El poblema de las fuente es ¿cómo carajo sabe mi Chari que la Cacelin está embarasá?

Durante estos día he estao albergando, como si yo fuera el Fransia y Parí, la posibilidá de que estuviera en un erró, un grave erró. Una de esa notisia sin fundamento. Como cuando la Lidia Losano dijo que la niña de Albano (me la coge con la mano) no la había espichao sino que la habían visto comprando un compas de Los Miserable en el Jota Eme de la Avenida. Notisia que, en aquel momento era inventá y que en el futuro será imposible porque van a serrá el Jota Eme de la Avenida. Totá, que yo creía que podría sé posible que mi Chari estuviera esquivocá y que lo del embaraso fuera un rollaso grande fruto de su imaginasión. Como cuando le dio por disí que la comparsa de Los Maldito, en la que salían el Pájaro y el Catalán, en verdá era obra de Martíne Are. Lo dijo hasta que lo escuchó por primera vé, que ya nunca má volvió a disí semejante barbaridá. Por sierto, desde asquí un abraso a Martíne Are que lo está pasando regulá desde que la chiquilla hiso las maleta. Que no se procupe, porque San Pedro la dejó pasá del tirón cuando le cantó una coplilla de su Niño.

Bueno, volviendo al tema ojeto de este pó yo tenía duda sobre si llevaría rasón mi Chari o no y, la verdá es que, durante unos día no estaba dispuesto a afrontá la cuestión y le vitaba, que no quiere disí que volara por los aire cuando me consentro, entre otras cosa porque yo sólo me consentro cuando estoy sentao en el bate y, en ese momento es mal momento pa salí volando por los aire, sino que me escaqueaba cuando la veía vení, no quería frontá la conversasión pendiente.

Sin en cambio, esta tarde, que estaba Cádi como Londre que sólo faltaba el Oreja y que bieran puesto a los gachone de los gorro de la ginebra en vé de los pulisia locale controlando la playa, po ya me di cuenta de que no podía aplasá má la cuestión y me desidí a atacarle, a sersiorarme de la verasidá de su suposisión:

- ¿Y tú como sabe que la Cacelin está preñá? -le dije asín sin que se lo esperara como un buen sentro de Raul Lópe o un oruto de Isabé Presli.

- Porque eso, una mujé, lo sabe -me contestó ella, tirándose el moco.

- Po cuando tú te queaste con tu Vane, no te coscaste hasta el cuarto mé. Y eso que la llevaba tú adentro -le recordé yo.

- No me quise coscá, Carmelo, no me quise coscá, porque yo sólo había estao contigo y ya yo me imaginaba que quarme preñá, en aquel momento iba a coartá toas mis posibilidade de desarrollo como mujé y me iba a condená a pasá el resto de mi vida contigo -me dijo con su cariño habituá. Con su cariño y con su falta de verisidá, porque no había estao ná má que cormigo, que cuando yo la cogí ya estaba estrená, pero me tocó a mi y asquí estamo tan enamorao como el primé día.

- Cuidao con la premio Nobe. Que le corté su desarrollo personá. Enga ya... -le contesté-. Pero si tú no había terminao ni el bachillerato cuando yo te conosí.

- Pero tenía mucho prestigio como vendedora de Avon. Y lo tuve que dejá por el embaraso -me reprochó.

- Que sí, que lo que tú diga -le respondí-, pero toavía no me ha esplicao cómo sabe que la Cacelin está preñá. ¿Te lo ha dicho ella?

- Ella no me ha dicho ná. Y que no me lo diga que la cojo por los pelo y no va a nesesitá vión pa volvé con su puta mare. Bueno, de la mare no vi a disí ná, que las mare no tienen culpa de lo que hasen su sijo. Con el cabrónd e su pare.

- Ea, lo ha arreglao.

- Es que es verdá, Carmelo, ¿tú te da cuenta de que la Cacelin le ha hecho infié a mi Vane. Porque si está preñá es porque por ahí ha habio mortadela. Y tú y yo sabemo que mi Vane no tiene mortadela.

Aunque yo ya lo había pensao, la osviedá, me dejó otra vé traspuesto y con un pequeño sentimiento de culpa. Pequeño como la altura de la Torre Tavira. Dije lo único que me se ocurrió:

- Pero, alguna esplicasión habrá.

- Que mi Vane no lo sabe -me soltó.

- Enga ya. Tú te ha dao cuenta de lejo y tu Vane que le toca la armónica no se ha coscao -le tuve que contestá.

- Po es verdá. Porque es que es evidente. Ná má que hay que fijarse en las teta que ha echao -me dijo.

- Pero la Cacelin siempre ha estao bien despachá -le repuse.

- Po ahora lleva medio kilo má. Y en las gana de meá. Que los último día se llevaba tol tiempo en el bate. Y en la cara de asco que ponía cuando se me asercaba, porque como tú sabe que yo no me he dejao llevá por las moda del desodorante y mi oló corporá es un poquito fuerte, y cuando está preñá te se agudisa el olfato.

- Pero a lo mejón eso es casualidá. Tu mare también pone cara de asco cuando me se aserca y yo me echo tó los día Agua Brava.

- Que no, Carmelo. Que hase ya tiempo que la cogí gomitando.

- Sería porque habría bebio.

- ¿Y los modelito que lleva? Bueno, los que no lleva, que ella siempre había ido mu estrechita y ahora parese que viste con saco papa -trató de serrá la discusion.

- Ahí lleva rasón. Pero a lo mejón es que ha engordao.

- Aro que ha engordao, porque está preñá. Ademá, que el otro día vi en la basura esto -y en ese momento me saco una caja de un medicamento que ponía Gestagyn Plú. Era la prueba irrefutable.

No cabía duda. La Cacelin estaba preñá. Aunque en verdá sí que caben duda. ¿Cómo ha hecho? ¿Quién ha hecho? ¿Lo sabe la Vane? ¿Cómo la ha asestao la Vane? Tantas duda que casi prefiero pensá en lo de los mercado y el bono españó a dié año, que es una cosa má sensillita.