De primavera

El sábado por la tarde llegó la primavera. La primavera cada vé se parese má a mi cuñao el día de nochebuena que cada año llega ante que el anterió. Hasta ahora la primavera llegaba el día 21, pero este año se ha antisipao y el sábado ya estaba asquí. Asquí y en toa España, porque la primavera de verdá llega a la misma vé a toa España y a casi tol mundo, meno a la parte que vive bocabajo, como los argentino, los australiano y los kibi de los bueno, que ahora también hay kibis gallego que eso no hay por donde cogerlo. Totá, que pa esa gente ahora llega el otoño. Pero pa nosotro ha llegao la primavera.

Yo podría hasé el chiste fási y disí que a mi me gusta la primavera porque me gustan toas las prima y hasta las cuñás. Pero como este es un bló de calidá, po no hago ese tipo de chiste malo. Eso se lo dejo a los guionista de pograma de la tele, como los de Intereconomía y Veo Teuve. Pero, aún asín, a mi me gusta la primavera. Me ha gustao desde siempre.

Lo que má me gusta de la primavera son los sisno que avisan de que llega. Y no me refiero a los anunsio de El Corte Inglé que desde febrero están avisando de que llega la estasión de las flore. En Cádi no es El Corte Inglé el que anunsia la llegada de la primavera. En Cádi ese efesto lo realisan los italiano. Y no me refiero a los andrajoso que tienen la heladería en la Plasa Mina ni a los de la pisería en Candelaria. Los italiano de siempre, los de la calle Ancha. Cuando Yani abre el Los Italiano en Cádi ya es primavera. Hasta deja de llové y empiesa a hasé solesito.

Es que esa es la carasterística má mejón pa mi gusto de la primavera. Que vuelve el buen tiempo. Normalmente, eso no lo echamo de meno en Cádi que asquí el Lorenso echa má hora que el butanero de Malena Grasia, pero este año ha caio agua pa montá dó fábrica de paragua y una de remo pa patera. Por eso este año se agradese má que nunca la llegada del buen tiempo y con el buen tiempo sus consecuensia má maravillosa: los escote, las faldita corta, las camisetita de tiranta. Porque esta es la fecha en que las chavala y las menos chavala empiesan a enseñá carne y eso es siempre maravilloso.

Es que pa un morsegón como yo, el invierno es una época chunga. Te tiene que fijá en detalle má asyasente casi escondio, sólo visible por los ojo de un esperto. En el marcaje de las nalga en unos vaquero, en la curva que forma el chaquetón cuando baja a la altura de los pecho. También es verdá que con la moda esta de las camisa larga y las mallita o los leotardo, con bota, también se puede satisfasé la vista ante de la primavera, pero a partí de ahora no hay ni que fijarse. Por tós lao empiesan esos canalillo, esas sandalia, esos pantalone corto,... esas cosa que hasen que Cádi sea toavía má bonita. Porque en Cádi no nesesitamo que floresca el asahá pa llená de bellesa nuestras calle. Pa eso tenemo a las gaditana.

A las gaditana o a las guiri, que tampoco vamo a negá el gran papé que esas chavala blanca, rubia, de ojo asule y metro ochenta que vienen de Uropa a pasá el curso y alegrarno la vista desarrollan en el embellesimiento de la siudá. Si yo tuviera la edá de mi Sergio ensiguía me iba a liá yo con una fea como la Bicho. Me buscaba una guiri y le enseñaba tol repertorio de Cada uno con la suya, El que la lleva la entiende y Los que salimo por gusto. Y cuando volviera a su pueblo allí entre vaca y pradera, añorando Cádi... ya me estaba buscando yo otra teutona nueva pa repasá repertorio y enseñarle a tocá el pito de caña.

Pero bueno, con la edá que tengo me conformo con alegrarme la vista y que sean los chirigotero gaditano jóvene los que le metan a estas niña el gusanillo del Carnavá. Y el de Cádi. Y el de la Semana Santa. Que metan tó lo que puedan meté. Pero no sólo en primavera. También en lo que viene, porque la otra gran cosa de la primavera en Cádi es que, despué de la primavera llega el verano, que estará por asquí en mayo, poco má o meno y pa esa fecha ya tendré yo un hueco de fijo discontinuo en La Caleta. A la que, por sierto, tenemo que defendé entre tós. Y esperemo defenderla mejón que la portería del Cádi, porque si no, nos queamo sin Caleta.