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Si Cádi le debe algo a alguien, es a los romano. Digo Cádi como siudá, que despué cada uno de los gaditano deberá lo ques quiera a sus pobre banco, al señó Visa, al ditero o a Unicaja de Málaga, que ante era la Caja de Ajorro y tenía en su escudo a Hércule y sus leone, los má pluriempleao del mundo heráldico, que pa los que no habei pasao de la cartilla Palau es el mundo de los escudo.

Lo que iba disiendo, que los romano son los uténtico precursore de Cádi y los gaditano. Es verdá que fueron los finisio los que montaron asquí el primé chiringuito a pie de playa con caballa asá y piriñaca, pero los que le dieron a Cádi el nombre que tiene (bueno, el nombre que tiene no, que ello lo llamaban Gade…) el renombre y la idiosincrasia fueron los romano.

Los romano en generá eran de poco trabajá, pero como en su época toavía no habían inventao las baja ni la ayuda familiá, tenían esclavo. Nosotro pa perfesioná el tema bemo presindio de los esclavo, porque, como su propio nombre indica, el esclavo acaba clavándosela a tu mujé. Por eso bemo creao otros sistema pa no dá palo al agua como son la Seguridá Sosiá con tos sus susidio y las distinta astividade artística que también te permiten viví sin doblarla mucho con dinero sufisiente pa comprá una gachí pa tu casa pa que friegue, limpie, barra, haga el lavao y toas aquella cosa que cansan de verdá.

Y es que los romano eran má flojo que un muele guita. Eran como el Cabrera, uno que yo conosco que si le dieran el premio al má flojo del mundo no iría a recogerlo por no levantarse del sofá. Aunque el Cabrera no llega al punto de los romano de comé acostao que eso me parese esesivo hasta pa mi, y mira que a mi en flojo me puede ganá el Cabrera y poquita gente má.

Los romano han contribuio de forma esensiá a la fisonomia urbanística gaditana astuá. Toma ya la frase, vi a tené que dejá de juntarme tanto con los catalino y otra gente de los territorio al norte de Cortadura que me van a pegá esta forma de hablá. Lo que quiero disí es que si Cádi es como es, en su estrustura es por los romano. Si a los romano no les biera dao por enterrá sus edifisio  debajo de los de Cádi, asquí habría un montón de rascasielo y contrusione moderna, pero como en Cádi cada ve que mete piqueta y escarba una mijita te aparese el aparadó de un romano con su romana, su tabula, su triclinio y su decúbito supino, po no interesa hasé obra y la torre Tavira sigue siendo el edifisio má alto. 

Los romano no tenían numbero. Ello ná má que escribían con letra. Por eso los teclao de los ordenadore de los romano eran un montón de raro. Era pa vé ese "FIII" o ese "FXII". En verdá es una pena que no se haigan conservao teclao de los romano porque resultan mu curioso. Tampoco tenían la W, ni la K, ni la Ñ, ni la Y que como tol mundo sabe es griega y los griego y los romano siempre fueron de llevarse ná má que regulá.

En homenaje a esos romano que tanto nos dieron a Cádi y los gaditano este pó de hoy se titula “D”. Porque podría perfestamente haberlo titulao "Quiniento" pero eso suena a pinícula de gachone creao por ordenadó medio en cuera y con el pecho depilao. Y aunque el gusto de los romano por la carne y el pescao, por el vagonetismo, probablemente también nos diera nuestra (injusta) famita, el homenaje no sería lo mismo.

Asín que el pó numbero 500, la historia que llega al quinto sentená, la aventura que es el medio millá solo vale una letra D. Pero no tirei papelillo ni serpentina, no montá jaleo ni dedicá un día de fiesta a selebrá que Carmelo lleva D pó porque el bló de Carmelo, el rinconsito má gaditano del espasio sibernético, está abierto y no para como un carrusé de carnavá (que bonito pa un finá de pupurrí). Se acaba el pó 500 y pronto, mu pronto, estará ya el 501. Buen coñá.