Carmelopoli

miércoles, 5 de marzo de 2008

Ojetó

No vea la que está dando mi Sergio. Desde que ayé se enteró de lo de la ojesión de consiensia no para. "Opá, yo mes quiero hasé ojetó. Opá, firmame la solisitú de ojesión". Yo cuando me habló de la ojesión se lo dije del tirón. "Si tú no va a hasé la mili que el bigote la quitó pa que los que fueran a Irá fueran tós cobrando". Pero resulta que no, que no es por la mili, que ahora la ojesión de consiensia está en el colegio. Lo ha dicho un tribuná en Sevilla y mi Sergio y los amigo están tratando de convensé a los padre pa que le firmen la solisitú de ojesión y no tené que dá alguna asisnatura. Que es lo que yo digo, que estos chavale de hoy en día no son capase de distinguí a Rajoy de Esperansa Aguirre, pero son los primero en enterarse de que hay un bujio pa evitá dá clase. Son cosa del orden de prioridade.

La verdá que en el fondo lleva rasón. Si ahora pa dá una clase hay que está de acuerdo con lo que dise la maestra, yo creo que hay unas poca de asisnatura que mi Sergio no puede dá. Por ejemplo, en naturale que disen que el hombre viene del mono. Entonse, ¿de dónde viene el gaditano si en Cádi no hay mono? Los mono más de serca son los de Gibraltá lo que supone que si el hombre desiende del mono, el gaditano sería proviniente de Gibraltá y eso es contrario totalmente al espíritu gadita.

Tampoco puede dá clase de Física porque uno de los apartado de esa asisnatura es el cálculo del trabajo y, evidentemente, yo estoy en contra de que a mi hijo lo maltraten de esa forma hablando de cosa tan desagradable como el trabajo, el rendimiento, el movimiento, la energía, la potensia, que son todo término contrario a la mentalidá gaditana.

Como gaditano también me opongo a que mi Sergio dé clase de Lengua española, porque él tendría que estudiá Lengua gaditana con las múltiple diferensia porque estudiando españó están contribuyendo a la discriminasión lingüistica del gaditano que está perdiendo las raíse de su habla por el fenómeno lingüistico invasó del sentro de España. Lo mismo pasa con la literatura. ¿No hay libro que hablen de Cádi? ¿No es poesía un buen pasodoble de Juan Carlo, de Paco Alba, de Antoñito Martin o de Martine Are? Ya está bien de que le den el coñaso con lo de Caminante no hay camino y la Selestina. A estudiá ná má que Pemán y la letra de los pirata de Carnesita de Gallina, que eso sí que era poesia pura.

Lo mismo pasa con música que ná má que estudian a gachone raro que están muerto. Tanta música clásica, ¿pa qué? En Cádi hay que estudiá marcha de Semana Santa y el compá del tré por cuatro y al carajo el Betoven ese, que ademá era sordo. Tanto rollo pa un sordo. Ni corchea, ni semicorchea, ni chirinchinchea. Hasta que la clase de música no se dé en un bá con los nudillo hasiendo el compá yo me vi a negá a que mi Sergio vaya a ninguna clase.

Con Educasión Física ni te cuento, que eso me parese inhumano que se vulnere así la libertá de flojeamiento de mi chiquillo y se le obligue a corré, saltá, sudá y esas cosa desagradable. Tampoco las matemática porque con matemática hablan de los cateto eso de la hipotenusa, que en Cádi no se habla de cateto porque los cateto, ya sabemo de donde son.

Asín que, al finá, como prospere eso de la ojesión en el colegio, mi Sergio va a ir ná má que pa firmá y volverse, como si fuera el paro. Aunque pensandolo bien, quisá eso es lo que tenga que aprendé de verdá, a desenvolverse en la lista del paro.

lunes, 3 de marzo de 2008

Público y notorio

Desde que he publicao en mi bló que mi matrimonio está má perdio que el barco del arró tol mundo me habla de lo mismo. El sábado narré en primisia pa este bló el fracaso del intento de reconosiliasión y se han desencadenao múltiple reasione. Ojo, que yo lo narré asquí en primisia, no porque el Hola no me haiga hecho una oferta, sino porque yo me debo antes que ná a mis lestore, a mis sentenare de mile de lestore y ello son los primero que tienen que sabé cómo van mis cosa. Lo que yo no contaba es que tantos de mis lestore vivieran tan serca mía.

Despué de almorsá el sábado, estaba yo tan tranquilo dejao de caé en el sofá enmientra que veía una pinícula de Antena tré que secuestraban a una niña de dié añito y la mare daba una jartá de vuelta pa salvarla, que juraría que esa pinícula ya la he visto ante, po me se sentó a los pié de mi nuevo lecho mi Sergio. "Opá, ¿cómo está?". "Po medio traspuesto, como siempre a esta hora". "No, opá, lo digo por lo de omá". "¿Lo de omá?" "Sí, opá, lo de la separtasión." Y entonse me dijo que él estaba cormigo, que me iba a apoyá en lo que él pudiera, pero que si le daban a eligí, él se quedaba con su mare que hasía las tortilla de papa mucho mejón que yo. "No te procupe, picha mía, que si me dan a eligí, yo no elijo tampoco llevarte de mochila. Que vale que me echen de casa, pero no que tenga que llevarte cormigo".

Ante la presensia amenasante de mi Chari en el salón dispuesta a poné El buscadó, po desidí irme a dá una vueltesita gaditana, que pa mi un paseo por mi Cádi es mucho mejón que una sesión de yoga y esas porquería de meditasión trasendentá. Tú prueba a ponerte en la plasa de las flore enmientra que inspira por un lao el aroma de luisita y por el otro el oló a casón del freidó y verá como llega al Carma y a la leche que mamó el Buda ese. Pero esta vé el paseo no fue tan tranquilo. Ná má salí me encuentro a la Cacelin y a la Vane. "Carrrrmelo, ¿cómo está?". "Bien, chocho, como siempre". "Tú no prrrreocuparrr con separtasión. Chari no mujerrr para tí. Yo presentarrr mi mare que casarrr sei vese y gustarrr como mujerrr tuya". "Joé, Cacelin, ¿tú mare que es la Elisabe Teilo?". Entonse intervino rápido la Vane "no le haga caso, Carmelo, tú te tiene que arreglá con omá. Dirle que tó ha hecho culpa tuya y que ere un gran cabrón y un malnasio por no tratarla tó lo bien que ella se merese, y verá como no hay poblema y se resuelve tó. Pero darte prisa que como no se arreglei mi mare es capá de dejarme sin viajá a América que este verano me voy a casa de la Cacelin."

Me dejaron las dó cavilando. Si la mare de la Cacelin se parese ná má que una mijita a la hija, no estaría malamente el cambio. Me podía ir yo con la Vane este verano y conosía a mi futura consuegra a vé si la ponía mirando pa Rota, nunca mejón dicho. Aunque la osión de arreglarme con mi Chari es la que má me convense, pero sin tené que arrastrá tanto mi disnidá. A tó eso aparesió mi primo Cristóba, que mira que es raro encontrá en Cádi a mi primo Cristóba, pero iba al consierto de la Merche en el Falla acompañao de una gachí impresionante que disía que era de Belo Orisonte, pero pa má bien era de Belo Escote. "Carmelo, ¿cómo está?" Y dale con la preguntita. "Bien, Cristóba". "Quillo, tú pasa de mujere. te separta y despué nos vamo por ahí que te vi a llevá al sitio donde está mi amiga Yasmin". "¿Y hay má como ella en el sitio ese?" "Toas las que tús quiera. Fíjate que mi Yasmin es la má fea".

Toa la noche estuve imaginándome por la calle Ancha con una de las amiga de Yasmin del braso. Pa colmo me tragué el finá del concurso de Mí España. Vamo, que en hasta lo meno las cuatro de la mañana no me pude poné bocabajo en el sofá de la hinchasón que llevaba yo acumulá. Y sin descargá, le tengo que poné una solusión urgente a esto.

El domingo con el buen día que hasía me levanté con mu buen espíritu y ante de verle la cara a mi Chari me fui del tirón pa la Caleta, con tan mala suerte que me encontré a mi cuñao Angelín allí. "Quillo, ¿cómo está?" "Joé, Angelín, ¿tú también lee mi bló?" "No, picha, que yo no leo ni aunque o haiga escrito tú y hable de mi, que lo tengo prohibio desde hase mucho tiempo. Es que me lo ha contao la Pura". "Po estoy bien, Angelín, con los guevo como dó bombona de butano, pero de las naranja, pero por lo demá bien". Angelín se interesó por la historia y yo le conté por ensima la cuestión. Despué de escucharme, en una de esas frase que hasen que el Angelín tenga meno amigo que el sastre de Rajoy, me dijo "Tu Chari tiene un querío". No vea la que me dio toa la mañana. "¿Tú está seguro de que no te pone los cuerno?" "¿No la ha visto con nadie por la calle?" "¿se arregla ahora má que ante?" "¡Que no, Angelín, que no! Que mi Chari ni se arregla ahora ni se ha arreglao ante. Que pa arreglá a mi Chari hay que pidí lisensia a la Ofisina de Rehabilitasión de la Junta".

Meno má que me sonó el móvi. "Ay si yo fuera un enano, de los que nasen ahora". Mi hermano Lui. "Quillo Carmelo, ¿cómo está?" "Bien, Luí, bien". "Vente a almorsá con nosotro". Ole ese apoyo fraterná de mi hermano o frate. Má contento que un piojo en la seja del Guerrero me fui pa casa de mi hermano sin esperarme que ese cariño fraterná no superara el que sentía Caín por Abé. Me puso un plato ensaladilla y un poco de pescao frito que pa mi que estaba puntaito. Vamo que el pescao lo cogió el Capitán Pescanova cuando todavía era grumete, pero yo más callao que Pepe Blá en la embajada de Bolivia, que, como dise el refrán, a pescao regalao no se le mira la fecha de cadusidá.

Cuando los niños estaban viendo la lucha libre esa que los gachone se pegan como si no se pegaran y mi cuñá Rosi estaba ya fregando, mi hermano Lui me miró a los ojo y me dijo:

- Carmelo, ¿qué va a hasé con la Chari?.
- Ella se quiere separtá.
- ¿Y dónde te va a meté tú, picha?
- No sé, Luí, no lo he pensao.
- Asquí no puede vení, que con los dó niño están tos los cuarto ocupao y ahora están en edá de estudiá.
- No, Luí, si yo no había pensao...
- Ira, Carmelo, entre tú y yo, tú no te puede separtá. Eso de separtarse es pa rico y vosotro soi pobre. Lo mejón es que hagai la pase y aguantei. O tú te cree que a mi no me se apetese muchas vese mandá al carajo a la Rosi.

Pero esto último lo dijo tan flojito tan flojito, como si fuera un secreto que yo creo que no quería que nadie se enterara. Vamo, ni yo mismo.

sábado, 1 de marzo de 2008

Jarro de agua fría

Yo creo que ni el Benedisto organisando una despedida de soltero habría cosechao un fracaso tan grande como el que ayé cosechó mi operasión salvá mi matrimonio. Creo que ha hecho el hundimiento má grande desde que el chavalito ese con cara niña se ajogó en el Titani con lo fría que tenía que está el agua y la gachí allí tan tranquila salvándose sin echá ni siquiera un cable. Po algo similá me pasó a mi ayé.

Que conste que uno de los grande culpable del fracaso de la operasión he hecho yo mismo, que con buena intensione solamente no se llega a ningún sitio, y si no preguntárselo a mi amigo Llamasare. Faltaba trabajo previo, faltaba esfuerso de preparasión pa que la operasión frustificase en una cosa buena de reconsiliasión, musiquita de violine y corasonsito alrededó de nosotro, pero es que trabajo y esfuerso son palabra que yo trato de esquivá, pero esta vé habrían hecho nesesaria.

¿Cómo salvá mi matrimonio? era la pregunta que me daba vuelta ayé por el coco. ¿Cómo lográ que mi Chari se sensibilisase una mijita cormigo y me perdonase, que tengo la colusna vertebrá como una viga de la Viña? Dándole vuelta a la idea me fui a dá un paseo a La Caleta, que ya ha llegao el verano a Cádi y está el tiempo estupendo. Que mi matrimonio no funsiona, pero mi Cádi nunca me falla, sigue estando ahí, tan bonita como siempre. Totá, que serca del Puente Caná, las musa de la reconosiliasión no me llegaban. Con la cabesa agachá como si acabara de cantá un pasodoble con Antoñito Martín me volvía a mi casa cuando me encontré a la Pura, la mujé del Angelin.

- ¿Qué te pasa Carmelo, hijo, que está tan triste? - Y le conté lo mío con mi Chari.
- ¿Qué puedo hasé, Pura hija, pa reconsiliarme?
- Eso es mu fási, Carmelo, dirle lo que tú siente por ella. Y a sé posible, llévale algo de regalo, que eso nos encanta a las mujere.
-¿Un regalo? Es que la cosa está achuchá, Pura.
- No me sea rata, Carmelo, un regalito, un detallito, algo pa que ella se dé cuenta que tú te preocupa por lo vuestro.
- Pero si se lo digo ya ella le tiene que valé, ¿no?
- No, Carmelo, que las palabra se las lleva el viento. Tiene que sé algo tangible, y contri má caro mejón.
- Joé, Pura, qué difísi me lo está poniendo. Un regalo, y contri má caro mejón.

Ya si que estaba agobiao del tó. Tengo que echarle cojone de hablá con ella y, ensima, gastarme dinero en un regalo. Pero como si la Diosa del paquete de tabaco me sonriera, me crusé con uno de los sobrino de Mojamé que venden cosa por la calle. "Paisa, paisa, barato, barato" Era una señá del sielo. Me empesó a enseñá cosa.

Un vión que va por el suelo y levanta las ala enmientra que hase música. Eso es pa niño chico. Una calculadora solá que te convierte de peseta a leuro. Eso no le va a gustá, que ella presume que hase los calculo de coco, aunque siempre se esquivoque y siga disiendo que dié leuro son mil peseta. Una espesie de mini aspiradora pa quitarle las bolita a los jersei. Eso estaría bien, aunque pa las bolita de los jersei de mi Chari, má que una aspiradora hase falta un domadó.

"También tené reló", me dijo el comedó de kebá. Se abrió asín la chaqueta y me enseñó una jartá de reloje que tenía guardao. "¿Pa paisa?" "No, pa una gachí". "¿Reló pa señora?" "Pa mujé". A mi es que lo de llamarle a mi Chari señora no me se queda claro. Me enseñó dó reloje una jartá de bonito, uno dorao y otro de plata, con perla presiosa por el rededó. "¿Cuánto cuesta ese?", le dije preguntándole por el dorao. "Cuarenta uro". "Tes qui ya al carajo, a vé si tú te cree que cristiano ser tonto". "No, paisa, por sé pa señora de paisa, solo vente uro". "Enga ya. Con rasón Rajoy está tan mosqueao con vosotro, si pegai esos clavaso por un reló". Yo intentaba tensá la cuerda del regateo, como si fuera el mismisimo Leo Messi. "Quinse uro". "Dié leuro es lo que llevo y todavía te estoy regalando cuatro". El moro trincó el billete de dié leuro y ni me dio papé pa envolvé ni ná. "A vé si tú creé que Jasan sé Corte Inglé".

Con el reló y mucho mieo, a eso de las nueve de la noche, cuando no quedaba nadie en mi casa, má que mi Chari y yo, me aserqué a ella, armao de való y le dije. "Chari, tenemo que hablá".

- Eso mismo te iba a disí yo. Esto no puede siguí asín. Tú no puede siguí durmiendo en el sofá.

Una alegría estraña me recorría tol cuerpo. La operasión se antojaba má fási de lo previsto.

-Aro, aro. Que me estoy destrosando la espalda.
- Tu espalda me da iguá, que hay un pestaso a tigre en el salón que mi mare no puede ni subí.
Me dejó má confundio que Gonsalo Miró el día del padre.
- Pero, ¿tu mare? ¿Y yo?
- Carmelo, tú siempre tan egoísta, siempre pensando en ti. Tú te va a casa de tu hermano, o donde tus quiera, pero de asquí a Semana Santa me tiene que dejá el salón libre.
- Chari, ¿nosotro? ¿nuestro matrimonio?
- Carmelo, me he estao informando y vi a pidí la separtasión. Despué de pensarlo mucho me he dao cuenta, de que yo no siento na por ti.
- A ti quien te manda pensá, Chari.
- Carmelo, no sea borde. Respétame.
- Chari, es que tú siempre ha tenio mucho sentimiento por mi. De siempre.
- Sí. Asco, vergüensa, desesión, repulsión,... muchísimo sentimiento.
- Chari, ¿to eso por berme olvidao del catorse de febrero?
- No, Carmelo, son muchas cosa.
- ¿Como qué?
- Como muchas cosa. Y no me haga ahora recordá, que yo también lo estoy pasando mu mal.

Y cogió el monedero, el bolso y se fue porque había quedao con las amiga pa jugá al bingo. Y yo, me quedé en el sofá, con el reló en la mano. A vé si Jasan me lo quiere descambiá. Porque si no, he perdio dié leuro, por toa la cara. Bueno, dié leuro y mi matrimonio.

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