Alguno podrá pensá que estoy perdiendo mi caráste de rinconsito má gaditano del espasio sibernético. Es verdá, estamo empuerta, a Vierne de Dolore, se acaba la Cuaresma y yo, el Carmelo de Cádi, toavía no le he dedicao un pó a nuestra Semana Santa. Habrá quien diga que ando má perdío que el Borbón en el sentro de Barakaldo sin sonotone. Evidentemente, no le vi a quitá rasón a los que me critiquen. Yo he aprendio a encajá bien las crítica siguiendo el ejemplo de Nuestra Señora. Sin en cambio, hay una rasón pa este desencajamiento. Para este olvido voluntario y cosiente. Y es que estoy un poco descreio.
No vayai a pensá que mi descreimiento tiene ná que vé con los cura eso que tocaban a niño. Lo de que a los cura les gustaban los monaguillo se ha sabio desde siempre. No sé de qué se estraña la gente ahora. Desde luego, yo prefiero lo que hasía el pare Pepito que tenía a sus sobrina, hecha y derecha. Una pena que ninguno de los hijo del pare Pepito se haiga hecho cura. Pero que lo mío no tiene ná que vé con las sotana. Porque, en verdá, la Semana Santa no tiene ná que vé con los cura. Aunque ahora ello, que se están queando con los templo má vasio que el Falla con una comparsa de Villamartín, quieren apropiarse de la Semana Santa pa que haiga ambientillo en la homilia. Pero no. La Semana Santa es la muestra de fervó pupulá, la representasión tradisioná de la forma de entendé el pueblo de Cádi su amó por sus símbolo, el Cristo y la Virgen. Y San Juan en la Lú y el Agua.
Es ahí, justamente, endonde se encuentra el poblema. En que en Cádi estamo empesando a alejarno de la uténtica tradisión, de la verdadera esensia gaditana. Ya no es porque a mi me quitaran en su momento la manigueta de mi paso, que eso, al fin y al cabo, es una anésdota. Dolorosa, como la virgen de la Silensio, pero una anésdota. La cuestión es má profunda y está pervirtiendo la forma de entendé la Semana Santa del pueblo de Cádi. Por pueblo, me refiero a la gente, que Cádi no es pueblo, que Cádi es capitá.
Bueno, que me desvío má que un Gepese por Canaleja. Que no se puede aguantá esto. Que son detalle, uno trá otro, uno trá otro. Empesaron con lo de la Catedrá. Lo de poné allí la silla pa la gente de dinero y alejarno a los gaditano uténtico. Con los ratito que echábamo nosotro por aquella parte viendo pasá los paso, los niño pidiéndole sera a los penitente, nosotro comiendo pipa. Po ahora nos tenemo que poné atrá. Como si fuéramo apestao.
Despué lo del Despojao. Una cofradía desde Puerta Tierra y ademá, corriendo de esa manera. Que no se sabe si es un Cristo o el estremo isquierdo del Deporte Romero. Bueno, en verdá, estando Luí Rivero por medio, será má bien el estremo derecho. Pero que eso no es la forma de cargá de Cádi. Que se está perdiendo el isquierdaso, el paso atrá, el compá, la manigueta, la horquilla. Se está perdiendo tó lo auténtico de Cádi. Porque lo que hase única a nuestra Semana Santa es la forma de cargá. Y asín lo único que están consiguiendo es cargársela.
Comparsa El Brujo, ensayo general
Hace 5 años
3 comentarios:
si ya lo dijo manolo, " cuidao con el cartel del fanta"
Pues nada, habrá que verlas por la tele, que ni huele a incienso, ni a cera, ni suenan los mismo los izquierdazos con la manigueta, pero menos es nada.
Carmelo, las procesiones de Zamora no tengo ni idea, pero las de Valladolid son preciosas, muy solemnes... aunque los churros no sean como los de la Marina, ni los vespinos vayan marcando el paso (cosa impensable por estos lares)
Besos.
Feliz Semana: Santa o de vacaciones.
Marisa
Los años no perdonan, Carmelo... Acuerdate, hace ná, cuando cantabas eso de "cojo el campin gas y me voy a Los Caños"... Todo pasa y todo queda, que dijo el poeta.
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